Te tocan

Como el agua tibia cuando te duchas por la mañana.
Como la brisa de verano cuando cierras los ojos.
Como el sonido de un violín.
Como la manta con la que te cubres en el sofá.
Como el calor del Sol en la espalda cuando te tumbas en la playa.
Igual que la mano de un niño acariciándote la cara.
De la misma forma que un pincel mojado de pintura que se desliza en el lienzo al dibujar.
Como la sensación de paz de un templo.
Como la ternura de la vejez.
Igual que esa fina lluvia, casi como niebla, que te refresca cuando te acercas a una cascada.
Como el olor a colegio.
Como la gota que resbala por un cristal.
Como un copo de nieve cuando se deshace al llegar al suelo.
Como una nube de azúcar en el paladar.
Como el olor, el sonido y el sabor a Naturaleza cuando te vistes de bosque.
Como cuando abrazas o te abrazan sin esperarlo.
Como el aura del conocimiento.
Como las cosquillas de una caricia.
Igual que esa película que te atraviesa los sentidos y toda la sensibilidad.
Como una bandera blanca.
Como cuando te roza la piel un delfín
Como la delicadeza de un detalle.
Como el viento cuando navegas a vela.
Así te tocan algunos instantes, algunas letras, algunas personas, algunas canciones, algunos lugares y algunas obras. Así te tocan.